Maternidad en 30 minutos

Maternidad en 30 minutos

La maternidad es un tema que se las trae. Capaz de levantar polémica, quizás tanto como la política o el futbol; aquello que una madre debería sentir, pensar y, muy especialmente, hacer; parece ser el área de conocimiento más extendida entre contertulianos de todo tipo, empeñados en poner sobre la mesa una larga lista de imprescindibles opiniones que nadie les ha pedido.

 

Y no hablo del valioso consejo de madres, hermanas y amigas, que siempre es bien recibido; sino de las recomendaciones que cualquier desconocido siente la necesidad de aportar a la larga lista de cosas por hacer que una madre suele tener entre ceja y ceja.

 

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La verdad es que, cuando eres madre, al cansancio físico que sufres durante los primeros meses suele acompañarle un gran cansancio mental que muy pocas personas entienden, por no decir ninguna. Se puede parecer lo que piensan pero nunca lo saben realmente. Luego vienen las exigencias del día a día y las autoexigencias, y comienzas a preguntarte constantemente si serás capaz.

 

Cuando miras a tu bebé te das cuenta de que sí eres capaz porque él o ella te da fuerzas y por el amor que le tienes eres capaz de poner el mundo a girar al revés. Además aprendes a darle valor a tu tiempo porque, aunque hagas muchísimas cosas durante el día, resulta que en el fondo no te da tiempo de nada y la cabeza te vibra como si un tren infinito estuviera atravesando los rieles de tu cerebro.

 



Se supone que este escrito debe tomarme media hora y quizás por eso está escrito así. Me cuesta demasiado concentrarme en media hora y saber qué quiero decir, sobre todo porque por resguardo a la intimidad uno en el fondo no quiere contar nada, pero luego te das cuenta de que puede ser terapéutico y maravilloso y decides tratar de darle forma, consiguiendo alguna manera de contar sin contar, pero contando. Bueno, yo me entiendo. Hasta el próximo post.

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